El aula estalló en carcajadas cuando a Clara se le cayó el cuaderno.Uno lo pateó, otro lo escondió. Ella se agachó a recogerlo, roja devergüenza.Y nadie… absolutamente nadie, la ayudó.

Tenía quince años. Cabello revuelto, uniforme gastado, la mirada siempre baja.
Era la que no hablaba. La que no opinaba. La que pasaba desapercibida
salvo cuando alguien necesitaba  a quién humillar.

Le decían "La sucia."Cloro", por el olor de su  ropa lavada a mano."Basura", en los chats de grupo donde ella no estaba invitada. Y cuando sí la incluían… era para burlarse. Fotos editadas.

Imitaciones crueles. Risas. Siempre risas. Un día, llegó al colegio con una hoja arrugada entre  los dedos. Era una carta…. Una redacción sobre lo que más deseaba en el mundo. Todos escribieron viajes, fama, amor.

Ella escribió: “Quiero un solo día sin miedo.” La profesora la leyó en voz alta.
Algunos se rieron. Otros miraron al piso. Y Clara solo se encogió en su asiento, deseando  volverse invisible.

Una vez más, su madre  no lo sabía. Pensaba que el colegio iba bien.Que el silencio de Clara era madurez. Que las ojeras eran por estudiar, no por llorar de madrugada. Hasta que un lunes, Clara  no fue.

Y el martes, tampoco. Y el miércoles, alguien preguntó en voz baja:
—¿Han sabido algo de  ella?

El Jueves, la directora  entró al aula con los ojos hinchados. Y ese día… “SI HUBO SILENCIO” Clara se había quitado  la vida. Con la misma discreción con la que vivía.
Sin molestar. Sin interrumpir. Sin gritar.

Publicaron su foto en  redes con un filtro blanco  y negro. Los mismos que reían,
escribieron: “Descansa en paz.”
Los que ignoraron,  compartieron: “No más bullying".

Y la profesora, con la voz  quebrada, leyó una carta encontrada en su mochila.
Decía:
No quiero venganza….. Solo que a la próxima Clara. La saluden. La escuchen. La vean.
Clara no murió por lo que le dijeron.

Murió por todo lo que  nadie dijo para defenderla. Por los que callaron. Por los que no quisieron  meterse. Por los que pensaron que exageraba. El bullying no siempre deja  marcas en la piel. A veces, deja huecos en  el alma, tan hondos, que tragar saliva se convierte en sobrevivir un día más.

No seas testigo. No seas espectador. Habla. Intervén. Acércate. Porque una palabra tuya
puede ser la diferencia  entre una despedida y una segunda oportunidad.

Desconozco el autor, esto podia ser un texto inventado pero el Bullying existe y Clara podia ser tu hija...

“NO MAS BULLYING"

No es solo una frase; es un compromiso con la empatía y el respeto. Enseñemos a Amar y no a burlarnos de los demas, la burla puede causar un gran dolor, incluso el suicidio, no discriminemos. Somos todos iguales. La belleza de una persona esta dentro, no  afuera.

Marian

Lunes 14 de Julio del 2025

 

 

 

 

 

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