Drácula

 

Amanece en Barcelona, es un día calido y húmedo. El cielo esta despejado y apenas unas pequeñas nubes posan en las alturas.
La ciudad despierta lentamente.
Poco a poco las calles se ven colmadas de coches y gente viajando a sus trabajos.
Es un día normal, o al menos eso pensaba Carlos.
Quien como toda mañana se ponía su traje marrón, camisa blanca y corbata oscura a tono con con su chaqueta.
Se miro al espejo, peino sus cabellos negros y observo como el pasar del tiempo le iba robando la juventud a su rostro.
 

Recogió su billetera, su arma y su placa, y se despidió de su esposa.
Al llegar a la comisaría, todo estaba muy tranquilo.
Alguna persona denunciando un atraco en altas horas de la madrugada.
Otro protestando por la falta de seguridad y los travestís que todas las noches se exhiben en busca de clientes en la esquina de su casa.
Casi lo mismo de toda mañana...
- Teniente Gutiérrez, venga, es urgente- lo llamo un oficial. -El comisario lo busca-
Carlos se dirigió a una pequeña oficina que se encontraba en una esquina de la comisaría con una sola ventana, la cual estaba cerrada.
 

Paso y saludo.
-Buenos días, comisario-
-Pase Carlos, pase- respondió el jefe - tome asiento, póngase cómodo-
-¿Me buscaba?-
 

-Así es teniente, tengo algo que quiero que vea. Algo extraño. Pero mejor obsérvelo usted mismo-
El comisario le acerco unas fotos que estaban sobre el escritorio y Carlos las tomo para verlas de cerca.
En ellas se apreciaba el cuerpo de una joven desnuda, tirada sobre la calle, totalmente pálida.
parecía una muerte más, un asesinato seguramente, algo para investigar.

Pero entonces el comisario le acerco otra foto que saco de su cajón.
-Ahora mire esta-
La foto mostraba el cuello de la joven, donde se podían apreciar dos pequeños orificios y apenas unas gotas de sangre.
Carlos levanto automáticamente la mirada de la foto y se dirigió a su jefe...
 

-¿Señor, esto es una broma?- pregunto - No cabe duda que estamos ante un psicópata que encima se cree vampiro-
-Lo se teniente, pero igual quiero que lo investigue, no quiero tener a la prensa colocando en sus titulares "El vampiro ataca de nuevo"-
-Entiendo, señor, pero cualquiera podría investigar esto, no veo nada de raro, es un crimen más-
-Hágalo teniente, y déjeme descansar tranquilo. Algo me da mala espina en esa muerte...-
 

Conversaron un poco mas, Carlos intento resistirse a investigar el caso, pero el comisario no cedió.
Asi que se resigno y pensó que lo mejor para comenzar era hacer una visita al anatómico forense
El anatómico forense esta  en pleno centro. Se tarda entre veinte y treinta minutos en llegar hasta allí.
El edificio, de enorme columnas, y decorado con bellas figuras, fue construido por un arquitecto italiano allá por el 1900.
 

Todas las muertes sin resolver iban a parar alli para que se realizara la respectiva autopsia.
-¿Buen día, el doctor Juárez?- pregunto al portero en la entrada.
-Tome el ascensor y baje hasta el sótano, alli lo encontrara-
Bajo en ese viejo elevador hasta lo más profundo del edificio.
Allí encontró a un hombre mayor, de unos sesenta o sesenta y cinco años, vestido con un delantal blanco.
 

-¿Doctor Juárez?- pregunto
-Si, usted ha de ser el teniente Gutiérrez, lo esperaba-
Lo guió hasta una sala donde estaban guardados bajo frió los cuerpos de las victimas. Abrió una puertecita de metal y dejo salir el cuerpo de la joven que había visto en fotos.
 

-Ahí la tiene- dijo el medico -nunca vi algo así-
-¿Por que lo dice?-
-¿Vio ya su cuello?-
-Si, doctor, pero no me va a decir que en el siglo veintiuno usted cree en vampiros-
-Eso no es todo, no digo que sea un vampiro, pero nuestro amigo es más que un fanático de Drácula y compañía. Se las ingenio para dejar el cuerpo sin una sola gota de sangre, si, como escucho, completamente vacío, y sin corte alguno mas que esos dos orificios en su cuerpo-
 

A Carlos se le erizó la piel, sintió un escalofrió recorrer su cuerpo por la espalda hasta sus pies.
Luego medito y sonrió en sus adentros, pensando que todo era una verdadera estupidez.
Volvió a la comisaría y trato de conseguir datos de la victima.
No le habían encontrado ninguna pertenencia, el cuerpo apareció desnudo y sin nada con que identificarla rápidamente.
Lo más probable era que se tratara de una prostituta de la zona, así que fue a investigar por ese lugar.
Se paso toda la tarde hablando con las mujeres fáciles del barrio y mostrando la foto de su victima desconocida, pero ninguna dijo saber quien era.
Se hacia tarde ya, y oscurecía.
 

Así que cansado y molesto por esta investigación que consideraba innecesaria se retiro a su casa.
Caía la noche en Barcelona
Noche de lunes, noche de poca gente en la calle.
Una mujer caminaba por el centro.
Hacia calor.
Llevaba el pelo suelto, largo cabello rubio.
Una blusa blanca y una falda roja.
Caminaba de prisa, como ansiosa por llegar a algún lugar.
 

Cada tanto miraba su reloj, en clara señal de que era tarde.
Decidida tomo por otra calle para hacer mas corto su recorrido.
A los pocos metros se encontraba completamente sola.
Tuvo una sensación extraña.
Podía sentir que la observaban.
Miro, pero nada vio.
Estaba sola.
 

Los ruidos de ciudad parecían haber desaparecido.
Una pesada niebla aparecía del suelo.
Comenzó a sentirse nerviosa, así que apuro su paso, casi al punto de correr.
Pero volvió a tener esa sensación de que la seguían, aunque esta vez fue mas fuerte. Casi que podía escuchar pasos detrás de ella.
Volvió a mirar con un giro brusco.
Pero nada había tras de ella.
Ya no sabia donde estaba, todo le parecía extraño.
Aun más nerviosa, comenzó a correr.
Escapando, pero sin saber de que.
Sin embargo, cuanto más corría mas fuerte sentía la presencia de otro.
 

Lo sentía respirar en su nuca.
Sentía sus manos posarse sobre sus hombros.
Manos fuertes.
Firmes.
Parecía que alguien flotara a sus espaldas.
Y en un momento hasta podía escuchar un susurro.
-"Laura, te deseo hoy"-
Se giro bruscamente otra vez, completamente fuera de si.
Pero nada había a sus espaldas.
 

Sus ojos se llenaron de lágrimas, ya que estaba saturada de miedo.
No podía pensar bien.
Entraba en pánico.
Corrió con todas sus fuerzas.
Como nunca en su vida había corrido.
Y podía sentir algo pesado a sus espaldas
y ese susurro....cada vez mas intenso.
La respiración en su nuca.
-"Laura, te deseo hoy"-
-"Laura, te deseo hoy"-
Cada vez lo escuchaba más dentro de si.
Lloraba y hasta se animo a gritar "Vete"
-¡Déjame! -¡Vete de aquí! -
-"Laura, serás mía hoy"-
 

Y sintió todo el peso de una gran mano tomarla de su hombro. Como si mas que una mano fuera metal fuerte y frió.
Un suspiro en su espalda.
Un aliento horrible.
Cerros los ojos, y grito con todas sus fuerzas.
Pego un golpe a sus espaldas, pero a nadie toco. Y corriendo con sus últimas fuerzas, dio vuelta en una esquina.
-Cuidado-
Abrió los ojos, había chocado contra alguien, alguien muy fuerte.
Un joven estaba delante de ella.
 

Un apuesto joven bien vestido y arreglado.
-Ayúdeme, por favor, ayúdeme- suplico la mujer.
-¿Tranquila, que le pasa?-
-Me siguen, me quieren hacer daño-
El joven que vestía con un largo abrigo negro, giro  en la esquina para ver si alguien venia.
Pero nadie había.
-Nadie la sigue señorita-
-Pero... pero yo...- y por un instante pensó que estaba loca, aunque ese pensamiento le trasladaba tranquilidad.
 

Entonces, relajada por tanto nervio, se abrazo al joven como acto reflejo de tanto stress.
Este la tomo con sus fuertes brazos en señal de tranquilidad.
-No temas Laura, te dije que serias mia hoy- y abrió su boca exhibiendo dos enormes y blancos colmillos, lanzándose luego sobre el cuello de la mujer....
A la mañana siguiente, Carlos se dirigió a la comisaría dispuesto a decirle al comisario que lo cambiara de caso.
 

Entro decidido a la oficina. Nada lo haría cambiar de opinión... bueno, casi nada.
-Lo esperaba teniente- dijo el comisario.
-¿Si?-
-Mire- y le acerco nuevas fotos.
Carlos suspiro, y rezo para que no fuera lo que imaginaba. Pero no basto.
En las fotos se apreciaba el cuerpo de otra joven desnuda.
 

Tirada en el suelo con su largo cabello rubio suelto.
Y en su cuello, dos pequeños orificios....
Carlos contemplo con asombro esas fotografías.
Al parecer se trataba de un asesino en serie, no habían pasado más de 24hs de su anterior crimen.
Sin dudas que se trataba del mismo autor, estaba su firma en todo, sobre todo en el cuello de la señorita.

Carlos investigo a la victima, a quien fue más fácil identificar. Se trataba de una mujer de unos 25 años, muy bonita, de profesión abogada.
Su novio llego desesperado a la jefatura a denunciar que la esperaba anoche, pero que nunca llego.
Lo mas extraño del caso era que no había ninguna relación con la anterior muerte.

No tenían nada en común, salvo el hecho de que ambas fueran mujer.
Desconcertado, Carlos, recurrió otra vez a la opinión del forense, quien termino de confirmar sus sospechas.
Ni una gota de sangre en el cuerpo. Exactamente igual a su anterior.
"No cabe duda de que estoy ante un psicópata que se cree vampiro" pensó Carlos.
Paso toda la tarde hablando con familiares y allegados a la victima, pero nada ayudaba, ni siquiera un pequeño indicio para llegar al asesino.

Continua....